jueves, 18 de agosto de 2011

Graves sospechas sobre la implicación de Marruecos en el atentado terrorista de Madrid del 11M del 2004

¿ESTUVO MARRUECOS DETRÁS DEL 11M?


Para responder a esta pregunta hay que volver los ojos a aquellos días en los que las huestes de Aznar se señoreaban por España, porque sólo mirando el tablero geopolítico de entonces se puede entender las claves tanto de la guerra de Irak como los posteriores ataques islamistas a España. Por eso, hemos de tornar nuestros ojos a aquellos días en los que Francia y Alemania presionaban a nuestro gobierno para que aceptara de facto el nuevo reparto de poder en la Unión Europea. Un reparto que pretendía implantar la nueva constitución europea de manos de franceses y alemanes. Sin embargo, todos los intentos fueron en balde pues Aznar no estaba dispuesto a enterrar el Tratado de Niza





Aquel gesto de intransigencia, muy aznariano por otra parte, hizo que el eje franco- alemán viera al PP como una seria amenaza al nuevo reparto de poderes que querían implantar. Para ellos era prioritario que los populares dejaran el poder a partidos más proclives a aceptar las pretensiones centro-europeas. Algo a los que si accedió rápidamente Zapatero al llegar a la Moncloa. El episodio puede considerarse como la primera bajada de pantalones de nuestro gobierno socialista recién llegado al poder. No es cuestión baladí el hecho de que los servicios secretos franceses tuviesen una labor preferente para convencer al leonés. Pero no adelantemos acontecimientos. Simplemente fijémonos en Marruecos y su actitud hacia España hasta ahora que se puede reducir en un continuo chantaje. Ceuta y Melilla, tratados de pesca, Sahara occidental, inmigración, drogas etc. Cada vez que España ha tomado una posición de fuerza, los marroquíes han acusado a nuestro país de tener una visión neocolonialista de la realidad mora. Marruecos que buscaba el apoyo de España para el tema de la antigua colonia española del Sahara, tensó la cuerda con el apoyo de Francia. Y en ese contexto hay que entender el incidente de Perejil el 11 de julio de 2002 en la que una patrullera de la Guardia Civil advertía de la invasión marroquí del islote. En aquellos cinco días en la que el gobierno de Aznar enseñó los dientes al asesino de Mohamed VI, España buscó el apoyo explícito de sus socios europeos. Desde un principio quedó claro que Francia era la inductora del conflicto. Primero elevando una enérgica protesta ante la presidencia danesa por no haber consultado a Paris de que la UE iba a hacer una declaración pública de apoyo a España. Más tarde intentando que Bruselas no emitiera un comunicado de apoyo al gobierno español. Afortunadamente el eje Londres- Madrid funcionó. Sencillamente Francia y Marruecos habían perdido el pulso diplomático y militar con España. Para escarnio de Chirac, los marroquíes tuvieron que pedir la intervención de los Estados Unidos de América ante la incompetencia francesa de arreglarles el problema. Los americanos, por su parte, que se habían declarado neutrales en un principio hicieron de árbitro en la zona y siguen ejerciendo ese papel que perdieron los franceses por una jugada mal calculada. Jugada que tenía como objetivo la humillación de España por un país del tercer mundo en un intento de dejar en evidencia al gobierno de Aznar. Perejil, por tanto, fue una auténtica humillación para Marruecos y para Francia, una píldora difícil de tragar. Esa fue la causa de que la hermana del sátrapa marroquí mandara a entrevistarse con Chirac en Paris 24 horas después de la derrota de Perejil. Se sabe poco de ese encuentro entre Lalla Mariam y el francés. Sin embargo, algo si trascendió de la entrevista ya que parece que Paris trasmitió el siguiente mensaje: “ Es ahora o nunca cuando hay que actuar para oponerse a la penetración española en Marruecos”. La fuente por la que connocemos el contenido del mensaje de Francia es Taieb- Fassi- Firhi, número dos de la diplomacia alauita. De hecho, el verdadero impulsor de la política exterior del régimen marroquí habló del impulso de nuevos mecanismos para echar al PP del poder en España. Eso sí, el diplomático se guardó muy mucho de no desvelar el tipo de mecanismos tratados en la reunión entre los dos enemigos de España.





Desde que Aznar accedió a la presidencia del gobierno dejó claras sus intenciones de tener una estrecha relación con los Estados Unidos a la vez que se acercaba a Argelia. Aquel cambio geoestratégico del gobierno de España suponía dejar a Marruecos y a Francia en una situación de fuera de juego. Al mismo tiempo también pesaba el hecho de que el gasoducto directo previsto favorecía a Argelia, país que aspirar a incorporar parte de su territorio y que apoya descaradamente al Frente Polisario. Es entonces cuando los servicios secretos de Marruecos contratan a unos mercenarios para alterar el sentido del voto en España. Una operación diseñada para reivindicar la autoría del terrorismo islámico en los atentados de Madrid. Con la aparición de pistas servidas en bandeja a los cuerpos de seguridad del estado. Todo, con el único objetivo de que los españoles tuviéramos claro antes de las elecciones de la responsabilidad del gobierno de Aznar. De esta forma, Mohamed VI lograba matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, se resarcía de la afrenta de Perejil y por el otro mandaba al PP a la oposición, algo crucial para los intereses de Marruecos. Hablo de una operación de inteligencia, a gran escala donde se nota la mano de Mansuri, jefe de los servicios secretos marroquíes. Bien es cierto, que también existen muchos indicios que apuntan a Francia como el padre de la criatura. De tal forma, que la direction générale de la Securité Extérieure (DGE) más conocida como La Piscina, por su cercanía a la piscina de la Rue del Tourelles, en el distrito XX parisino, habría diseñado el plan que luego fue ejecutado por Marruecos. Aznar mismo declaró a la comisión de investigación del 11M que los que planificaron y escogieron precisamente esa fecha no andan en montañas lejanas ni en desiertos remotos, en una clara alusión a la intervención de Marruecos. Por tanto, la intervención de Marruecos en el 11 M es, en mi opinión, indiscutible. Incluso este año se va a publicar el libro “Quand Le Maroc sera islamiste” de las periodistas galas Catherine Graciet y Nicolas Beau que desvela muchos secretos sobre Marruecos y el 11M.





Puedo concluir, por tanto, que Aznar se fue del poder convencido de la participación de Marruecos en los asesinatos de Madrid. Otra cosa bien distinta es la imposibilidad de demostrar ese convencimiento. Es aquí donde radica el verdadero problema de este espinoso asunto que sigue levantando ampollas. De cualquier forma, a España parece interesarle pasar por encima de este episodio pues si llegase a demostrar la implicación del régimen criminal de Marruecos en el mayor atentado en la historia de España, las consecuencias serían terribles. Espero, de cualquier forma, que algún día se sepa toda la verdad y que estemos preparados para escucharla.



Víctor Ros
enlace:
Embajada saharaui en México

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