domingo, 27 de febrero de 2011

Avalncha de refugiados libios en la frontera tunecina

Cargas contra los refugiados que colapsan la frontera - Militares tunecinos contienen a palos una avalancha humana que intenta huir de la represión de Gadafi

El conflicto en Libia se ha convertido ya en una crisis humanitaria. Varios miles de egipcios han colapsado esta noche el lado libio de Ras el Ajdir, la frontera con Túnez. Los refugiados se han concentrado en la verja azul que separa ambos países y han tratado de entrar en masa. Han lanzado sus maletas al aire y han intentado colarse por ambos lados de la cancela. Los militares tunecinos les han contenido a palos.

Un hombre en el suelo trataba de protegerse la cabeza con las manos mientras un militar le golpeaba. Otro se tapaba el cuello cubierto de sangre. Pero la desesperación parecía ser más fuerte que los golpes y los refugiados han insistido en entrar a toda costa. Exaltados, en medio del griterío y de la violencia, unos jóvenes trataban de subirse encima unos de otros para superar la tapia. Los gritos de los egipcios se han hecho más ensordecedores cuando la cámara les ha apuntado. Mientras ellos pedían salir en las imágenes, un grupo de jóvenes tunecinos al otro lado de la tapia les provocaban y ayudaban a los militares a que ninguno entrara.

La frontera de Ras el Ajdir ha cambiado mucho en las últimas horas. La organización de los primeros días y la hospitalidad de los tunecinos, unos sorprendentes anfitriones que han acudido en su ayuda sin pedir nada a cambio, se ha vuelto un caos ante la avalancha de personas. El ritmo de llegada de refugiados se ha acelerado y ha desbordado a los tunecinos.

Los últimos datos facilitados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cifraban en unas 100.000 las personas que habían abandonado Libia por ambas fronteras, este y oeste. El número es anterior a la llegada de los egipcios de esta noche

Algunos llevan horas viajando para recorrer los 200 kilómetros de carretera que unen la capital libia con Túnez. Después de ser robados por la policía de Gadafi en los controles del camino, los refugiados egipcios tienen que esperar durante horas para que les lleven en autobuses a pabellones y centros escolares en la ciudad tunecina de Ben Gardan. Se quejan de que ninguna autoridad egipcia se ha acercado hasta allí para darles información.

En el puesto fronterizo de Ras el Jdir confluyen ahora mismo los tres países que han protagonizado las revueltas de los últimos meses: Libia, Túnez y Egipto. Tres estados que todavía viven en el descontrol pero que mantienen vivos el sueño de la revolución.

Fuente El Pais

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