lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Traerá repercusiones favorables para el pueblo saharaui la celebración del referéndum de independencia del Sur de Sudán?

El acuerdo de paz firmado en 2005 entre el gobierno central de Sudán y el Ejército Popular de Liberación del Sudán, dotó al sur del país de una amplia autonomía que desembocaría en la celebración de un referéndum seis años después. En apenas dos semanas, el 9 de enero de 2011, el Sur Sudán decidirá sobre su futuro. El periodista sudanés Jacob Akol conoce de primera mano la situación de la zona y augura un apoyo mayoritario a la secesión.

Sudán es el país más extenso de África y tiene una situación geoestratégica relevante en el continente: todo un punto neurálgico que comparte fronteras con nueve países con situaciones y problemáticas diferentes.
El sur de Sudán sólo supone la tercera parte en área de la totalidad de la extensión del país, y alberga igualmente a una tercera parte de la población. Hablamos sin embargo de un tamaño que equivale al de Francia y Alemania juntos, y de una población de 39 millones de habitantes. A pesar de estas dimensiones, Sudán del Sur apenas cuenta con unos 60 kilómetros de carreteras asfaltadas.
Tanto Sudán como el Sur Sudán son por lo general grandes desconocidos en Europa, donde raramente ocupan la atención mediática. En ese sentido, Jacob Akol, escritor y periodista sudanés del sur, explica que Sudán ha creado una imagen internacional de país islámico árabe, cuando en realidad sólo el 39% de su población es árabe, mientras que el 61% restante corresponde a negros bantúes y nilóticos. De ese 61% hay un 28% que vive en el norte de Sudán. Esta población negra del norte es considerada de segunda clase, tal como expresan las leyes; el mismo trato que reciben los ciudadanos del Sur de Sudán.
La historia de Sudán es compleja y está llena de enfrentamientos. La dominación anglo-egipcia culminó al proclamarse la independencia del país en 1956. En 1947 se había celebrado una conferencia en Juba en la que los ingleses ratificaron con enviados del sur y del norte la unidad de Sudán, de cara a su independencia. Jacob Akol recuerda que no obstante esta unidad se había acordado previamente en conferencias en Cairo y Jartum (actual capital de Sudán) en las que no hubo presente ningún representante del sur de Sudán.
El primer disparo de la que fuera la guerra civil más larga de la historia de África, se produjo al sur de Sudán en 1955, el año anterior a la independencia. A partir de ahí se suceden dos guerra civiles que suman casi 40 años y que han terminado con la firma del Comprehensive Peace Agreement (el acuerdo de paz de 2005, conocido bajo las siglas CPA). Durante esas guerras murieron 4 millones de personas y hubo unos 4 millones de desplazados; se trata, después de la Segunda Guerra Mundial, de uno de los conflictos que más víctimas ha causado.
El acuerdo de paz de 2005 marca ante todo un momento histórico. Supone, según expresa Akol, “una oportunidad y una nueva senda tanto para el sur como para el norte”. Ramón Gil-Casares, Embajador español en Misión Especial de la Dirección General de Política Exterior para África, puntualiza no obstante que el CPA fue un acuerdo entre dos partes, en el que “no se tuvo en cuenta ni se consultó al resto de los partidos del norte, a los movimientos del este y del sur, a los movimientos que en ese momento había en Darfur o a la sociedad civil de ninguna de las dos partes. Ahora bien, ya está hecho y aunque mucha gente vaya a estar descontenta con el acuerdo, a estas alturas no es momento para replanteárselo; hay que seguir con él y España lo apoya”.
Por medio de ese acuerdo global de paz, el Sur Sudán accede al derecho a decidir sobre su autodeterminación seis años y seis meses después de la firma de tal acuerdo. La opción que se presenta ahora es la unidad o la secesión: la última significa de facto la creación de un nuevo país, esto es, la división de Sudán en dos. Y todo apunta, según Akol, a que Sudán del Sur votará mayoritariamente a favor de la secesión.
La condición mínima para que el referéndum sea válido es que al menos el 60% de los registrados acudan a votar; si acuden menos el resultado no tendrá validez. Y para lograr la secesión bastará con que la vote el 50% más uno.La preparación de las elecciones y el proceso de registro han estado marcados por unos plazos de tiempo muy reducidos, aunque finalmente el registro se prolongó una semana más de lo previsto (en principio la fecha límite era el 1 de diciembre). Según Akol, que ha estado en la zona cubriendo el ambiente pre-referéndum, todo se volcó en facilitar ese registro: Sudán del Sur estuvo totalmente paralizado, incluidas las instituciones públicas. Sólo se salvaron de echar el cierre las oficinas que habilitaban al registro de votantes.
Cuenta Akol que finalmente el registro para la votación se ha completado con éxito, ya que el proceso hacia el referéndum sigue avanzando y no se detiene. Más de 3 millones de personas se han registrado en Sur Sudán y en la diáspora sudanesa, mientras siguen en marcha todos los preparativos para la celebración del referéndum el próximo 9 de enero de 2011.
Jacob Akol es sudanés del sur, pero su perspectiva es también la de uno de los “niños perdidos” de la guerra, de los que escaparon de allí. En la actualidad Jacob tiene su residencia habitual en Inglaterra y, en relación con la situación a día de hoy de su país natal, opina que “la política legislativa del gobierno de Jartum y las leyes dictatoriales aún permanecen. No existe una intención real por parte de Jartum para que el sur permanezca unido. Y el sur por su parte no ve ventajas en la unidad, pues continúan las políticas desfavorables hacia él”.
Para Jacob no hay dudas sobre la viabilidad del referéndum: “el 60% de los registrados acudirá a la votación, así que el resultado será válido. Y por supuesto más del 50% de los votantes optarán por la secesión”.
Vaticina no obstante que Jartum buscará la manera de obstaculizar el voto o negar los resultado a favor de la secesión, o cuando menos dilatar el proceso tal como ocurre en muchos países de África y otros continentes. Y matiza que el Gobierno de Sudán no quiere volver a la guerra: “Es un peligro real, pero se percibe una actitud preventiva por parte del gobierno central para evitar la guerra. Lo más probable es que opte por la postergación del reconocimiento de un Sur Sudán independiente”.
Por otra parte este referéndum no es sólo para el Sur Sudán, sino que hay dos regiones limítrofes que votan (también en referéndum, de acuerdo con el CPA) si quieren unirse a esta área, y que resultan de vital importancia en el juego de relaciones estratégicas Norte-Sur de Sudán. Abyei, en el Sur Kordofan, y las Montañas Nuba, pueden optar por unirse o no al sur de Sudán, porque son zonas de transición entre bantúes y nilóticos, y los árabes del norte.
Según comenta Jacob Akol, al gobierno de Jartum le interesa retener el Abyei por una serie de razones: en primer lugar le permitirá la continuidad de las concesiones petrolíferas (la zona es rica en petróleo). El Abyei permitirá a su vez que la deuda externa sea compartida por el norte y el sur, así como un trato favorable por parte de los acreedores internacionales. “Además probablemente librará al Sudán del Norte o al Sudán unido (este último en caso de que no hubiese secesión) de sanciones económicas en el futuro y favorecerá un mejor trato del Tribunal Penal Internacional respecto a los cargos de genocidio que pesan sobre el presidente Al Bashir”, agrega el periodista sudanés.
Pase lo que pase, 2011 será un año importante para la historia de Sudán y del Sur Sudán. Pero en absoluto será un año fácil.


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Fuente: Guinguinbali y Arso

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