miércoles, 8 de diciembre de 2010

Marruecos permite reubicarse en Dajla a los saharauis abandonados en tierra de nadie

Al fin, Marruecos ha permitido el regreso al Sahara Occidental de unos 34 saharauis que había expulsado a una zona fronteriza entre este territorio y Mauritania, donde permanecieron más de dos semanas abandonados a su suerte. La mediación de la Minurso, que se enteró por GuinGuinBali de los hechos, ha sido clave.


Según señalan los propios implicados, la publicación de esta información en GuinGuinBali el pasado 19 de noviembre provocó que la Misión de Naciones Unidas para el Sahara (Minurso) tomara cartas en el asunto y presionara a Rabat para que readmitiera a estos saharauis.

Los expulsados se encuentran desde hace unos días en Dajla (la antigua Villacisneros) donde han podido acogerse al programa de retorno que Marruecos ofrece a los saharuis que regresan de Tinduf y que incluye una vivienda y una paga mensual.

Este grupo de cincuenta saharauis regresó al Sahara Occidental procedente de los campamentos de refugiados de Tinduf a principios de noviembre. Sin embargo, el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, en las afueras de El Aaiún, y los violentos incidentes posteriores hicieron que Marruecos decidiera expulsarlos del territorio.

Al parecer, las autoridades marroquíes temían que algunos de ellos hubieran sido enviados hasta el Sahara Occidental con la intención de desestabilizar aún más esta zona.

El 15 de noviembre, estos 50 saharauis fueron expulsados por la frontera sur del Sahara, a una zona de tierra de nadie llamada Kandahar que limita con Mauritania, un lugar atravesado por un camino de tierra pero plagado de minas abandonadas y aún activas que fueron colocadas allí por Marruecos durante la guerra con el Frente Polisario.

Dado que Mauritania les impedía el paso y que Marruecos se negaba a readmitirlos, tuvieron que permanecer en esta franja de desierto durante más de dos semanas pasando mucho frío por la noche y calor por el día.

Las autoridades mauritanas trataron de convencer a Marruecos de que los readmitiera, sin éxito. Al final, ha sido la Minurso quien, tras enterarse de los hechos a través de GuinGuinBali, tomó cartas en el asunto y presionó a Rabat para que los readmitiera.

Según los propios afectados, la única condición que han tenido que aceptar es instalarse en Dajla, pese a que algunos habían pedido en un principio ser reubicados en El Aaiún.


Fuente Guinguinbali

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